Las actividades económicas realizadas tanto por sociedades como por trabajadores autónomos dejan una huella fiscal que la Agencia Tributaria controla y regula por el reglamento de facturación; sus disposiciones están recogidas en el Real Decreto 1619/2012, de 30 de noviembre.
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¿Qué alcance tiene la normativa de facturación?
El ámbito de aplicación del reglamento de facturación abarca tanto a personas físicas como jurídicas: todas las actividades profesionales, tanto si las ejerce un autónomo como si las ejerce una sociedad, están sujetas a la ley de facturación.
El motivo fundamental de que exista una ley de facturación es el control de la Agencia Tributaria sobre la repercusión, a efectos fiscales, de las actividades económicas; estas generan una serie de impuestos directos o indirectos, que constituyen una fuente recaudatoria principal para Hacienda.
¿Qué aspectos están regulados por la normativa de facturación?
Los puntos que se recogen en el reglamento de facturación son los siguientes:
- Se determinan las figuras que tienen obligación de emitir facturas.
- Se establecen de qué partes han de constar tanto una factura ordinaria (completa) como una factura simplificada.
- Se clasifican los distintos tipos de facturas y sus contenidos; se dividen en factura simplificada, factura completa, factura recapitulativa y factura rectificativa.
- Se determina el procedimiento de emisión y presentación de facturas electrónicas ante la Administración.
- Se establecen su plazo de presentación, la divisa y el idioma.
- Se regula el proceso de cómo hacer llegar las facturas a los clientes.
- Se fijan los plazos y modos de conservación de las facturas.
¿Los programas de facturación cumplen con la normativa?
Como la normativa de facturación establece unos parámetros de obligado cumplimiento para todas las actividades económicas, el software de gestión empresarial que se utilice también debe recoger todos los contenidos necesarios en sus plantillas de factura.
La necesidad de contar con un software de facturación surge en el momento en el que el volumen de transacciones es tan considerable que no resulta viable preparar manualmente las facturas, sin valerse de una herramienta de apoyo, que unifique el formato y los contenidos de cada factura:
- Numeración: el número de la factura sigue una secuencia numérica sin saltos entre facturas.
- Fecha de emisión de la factura.
- Fecha efectiva de la transacción, si fuera distinta a la fecha de emisión.
- Datos completos de las entidades emisora y destinataria de la factura: nombre completo o denominación social, CIF o NIF y dirección*.
- Detalle del concepto o conceptos de los que conste la factura.
- Base imponible (precio unitario antes de impuestos) de cada concepto.
- Impuestos aplicados a la base imponible**.
- Cuota tributaria: el resultado de aplicar el tipo del impuesto a la base imponible.
- Importe total de la factura: suma de los conceptos anteriores.
*Las facturas simplificadas (los clásicos tickets) no tienen por qué contener los datos completos de la entidad o la persona destinataria.
**Los impuestos que se fijan en las facturas son el IVA repercutido a los conceptos, y la retención por IRPF si el emisor de la factura es un trabajador autónomo.
Las plantillas de factura, no obstante, también deben contener espacio suficiente para recoger estas situaciones especiales:
- Facturación por destinatario: si es el cliente quien elabora la factura.
- Inversión del sujeto pasivo: si el IVA de las operaciones recae sobre el receptor, no sobre el emisor.
- Exportaciones o importaciones.
- Exención de IVA.
- Referencias a regímenes fiscales especiales.
La normativa de facturación se establece para que los tributos surgidos por las actividades económicas sean objeto de control y recaudación fiscal por la AEAT: prueba el programa de facturación de STEL Order y comprueba lo sencillo que le resultará a tu empresa cumplir con el reglamento de facturación vigente.
