Mantenimiento correctivo

Explicamos qué es el mantenimiento correctivo, tipos de mantenimientos correctivos y cuándo es más rentable utilizar el mantenimiento correctivo.

Las empresas que manejan procesos automatizados con maquinaria industrial pueden quedarse muy expuestas si sucediese alguna incidencia: detener la producción hasta que se resuelva el problema podría conllevar cuantiosas pérdidas económicas. Una gestión ágil en el reporte y la actuación del SAT será crucial para minimizar los daños. Vamos a ver qué es el mantenimiento correctivo, qué tipos existen, qué ventajas y desventajas presentan, y cuándo su uso prevalece frente al mantenimiento preventivo.

¿Qué es el mantenimiento correctivo?

El mantenimiento correctivo consiste en las actuaciones del servicio técnico en respuesta a avisos sobre el mal funcionamiento de algún equipo, activo o proceso. Comprende un grupo de tareas de índole técnica cuyo propósito es corregir los fallos que sobrevienen en el funcionamiento de la maquinaria.

Estas actuaciones pueden llegar a ser solicitadas de forma inesperada. No forman parte de un plan de mantenimiento programado, y podría incluso pasar mucho tiempo sin que nadie tuviera que abrir un ticket solicitando soporte.

De hecho, cuando ocurren estas incidencias, suele darse una situación crítica en la empresa: al tratarse de intervenciones mayormente aisladas, el SAT no siempre cuenta con los suministros y los recursos adecuados para hacer frente a la incidencia. Es fácil presuponer que, cuando hay una máquina que no está funcionando como debiera, la situación adquiere tintes de urgencia con facilidad.

El funcionamiento del mantenimiento correctivo consiste, por consiguiente, en que la empresa solicite la asistencia técnica a un SAT cuando un equipo presente anomalías en su funcionamiento, o simplemente se haya hecho efectivo un fallo.

En respuesta a esta solicitud, que puede ser recibida a través de un software de servicio técnico como el de STEL Order, el SAT podrá desplegar su protocolo de actuación, monitorizar la incidencia y coordinar las actuaciones de todos los componentes del staff de soporte.

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Tipos de mantenimiento correctivo

Mantenimiento correctivo planificado

Consiste en la detección temprana de las fallas en el rendimiento de un equipo: mediante una adecuada monitorización, se pueden detectar signos de posibles errores, y el SAT puede ser informado de forma preventiva y prepararse para atender la incidencia a corto o medio plazo.

Sea como fuere, si el rendimiento de un equipo se ve comprometido, aunque no haya dejado de funcionar completamente, la empresa se arriesga a una situación de caída de la productividad, con el agravante del tiempo. Una máquina que no funcione correctamente es como una bomba de relojería, y su inoperatividad total es solo cuestión de tiempo.

Mantenimiento correctivo no planificado

Este tipo de mantenimiento correctivo no responde a planificaciones, sino que consta de actuaciones frente a imprevistos, ocasionados por fallos prematuros de las piezas o por la ausencia de supervisión periódica del activo. Una avería inesperada o un error repentino de funcionamiento requerirán inevitablemente de atención por parte del SAT, con un irremediable periodo de inactividad a continuación.

Es en estos periodos cuando las consecuencias económicas son más severas para las empresas, dado que la producción no puede continuar hasta que la avería no se solvente. Además, rara vez la reparación soluciona el problema a largo plazo, ya que muchas veces adquiere tintes de «parche de emergencia», y se deja el equipo funcionando «con lo justo».

Beneficios y desventajas del mantenimiento correctivo

Beneficio 1: ahorro a corto plazo

A pesar de su carácter de urgencia, estas intervenciones no dejan de ser actuaciones puntuales: la empresa no incurrirá en mayores costes que los estipulados por el SAT para esa operación en concreto. Además, si todo funciona bien, es posible que nunca se necesite recurrir a ello.

Beneficio 2: mínima planificación

Dado que el mantenimiento correctivo consiste en intervenir de forma aislada frente a una falla de rendimiento, la empresa no tendrá que invertir recursos en planificar el mantenimiento de estos equipos o activos, y bastará abrir un ticket de soporte para que el SAT intervenga.

Beneficio 3: sencillez

De cara a la operatividad, el mantenimiento correctivo se puede considerar una intervención simple: se trata solo de corregir el fallo de funcionamiento, bien mediante la colocación de una pieza de repuesto, bien reemplazando el equipo averiado por uno nuevo.

Beneficio 4: optimización general de los costes de producción

Como veremos más adelante, un mantenimiento preventivo suele ser más caro que simplemente contratar las operaciones de corrección. Cuando los costes de parada y reparación son inferiores a esta programación de actuaciones, a la empresa le saldrá más rentable contratar un mantenimiento correctivo.

Desventaja 1: exposición a situaciones imprevistas

Depender por completo de acciones de mantenimiento correctivo expondrá inevitablemente a los equipos a sufrir errores de funcionamiento. La ausencia de acciones preventivas puede dar lugar a fallas inesperadas de cualquier índole, y algunas podrían ser realmente caras y/o graves para el proceso productivo.

Desventaja 2: alargamiento de la inactividad operativa

El éxito de una intervención correctiva depende, en gran medida, de la disponibilidad de las piezas de recambio. Si el fallo de funcionamiento no está tipificado dentro de los más comunes, será muy poco probable que el SAT cuente con los suministros de reemplazo en un breve espacio de tiempo, lo que alargaría el periodo de inactividad del equipo o activo.

Desventaja 3: reducción de la vida útil de los equipos

El ciclo de vida de los equipos que no sean supervisados periódicamente será más corto. Es altamente probable que los fallos de funcionamiento acaben desencadenando una cascada de acontecimientos que acorten la vida útil del equipamiento.

Desventaja 4: «lo barato sale caro»

Es cierto que no tiene por qué ocurrir nada, pero ¿y si ocurre? Y lo que es peor: ¿y si ocurre con demasiada frecuencia? Puede ser que, por intentar ahorrar en costes de mantenimiento programado, se produzcan averías cuyo coste sea superior a la inversión que se podría haber realizado contratando acciones preventivas, o cuyo tiempo de puesta a punto se exceda de lo asumible.

¿Cuándo utilizar el mantenimiento correctivo en vez del mantenimiento preventivo?

Aunque el dicho castellano nos diga que «es mejor prevenir que curar», y la idea del mantenimiento preventivo se postule como la mejor solución, no siempre podrá ser tenida en cuenta como la única alternativa.

El mantenimiento preventivo puede llegar a ser muy caro, ya que se requerirá de una supervisión programada por parte del servicio técnico; en cambio, puede que pasen muchos ciclos de operación de la maquinaria sin que ésta presente avería alguna, y esta ausencia de intervenciones implicaría un ahorro en el presupuesto destinado al mantenimiento.

No obstante, no contar con un plan de mantenimiento preventivo puede ser considerada una acción temeraria, más si cabe si el equipo sometido a mantenimiento cumple alguna función crítica dentro de la cadena de producción.

El sentido común nos dice que el mantenimiento correctivo puede ser suficiente para atender las posibles incidencias de equipos cuya criticidad no sea significativa dentro del proceso productivo. Asumiendo que resulta más caro mantenerlo que arreglarlo cuando se estropee, puede que el impacto en la cadena de producción del mal funcionamiento de determinados equipos no traiga consigo una repercusión económica muy lesiva para la empresa.

Sin embargo, el mantenimiento de las máquinas cuyo rendimiento sea más crucial no debe fiarse a actuaciones de emergencia. Depender de las intervenciones de mantenimiento correctivo sobre equipos críticos denota una grave falta de planificación.

Las operaciones de mantenimiento correctivo suelen ser críticas, y se requiere que el SAT reaccione con rapidez ante el aviso de incidencia. Sin embargo, cabe la posibilidad de que la falta de disponibilidad de recambios o la complejidad de la avería no permitan una solución en costes y tiempos razonables, por lo que se recomienda conjugar las acciones correctivas con algún plan de mantenimiento preventivo.

STEL Order

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