La cuenta de resultados es el estado que recoge las pérdidas y las ganancias que una empresa ha tenido durante un periodo de tiempo concreto. Vamos a aprender más aspectos sobre este estado financiero, de qué se compone y cómo se realiza su cálculo con ejemplos prácticos.
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¿Qué es la cuenta de resultados?
El concepto de cuenta de resultados es relativamente sencillo de entender, puesto que sale de calcular la relación entre los ingresos y los gastos de la empresa; no en vano, a este estado financiero se le ha conocido tradicionalmente como cuenta de pérdidas y ganancias, y el cálculo del resultado, por lo tanto, se realiza restando los gastos a los ingresos.
La cuenta de resultados es uno de los cinco estados financieros principales, junto al balance de situación, el flujo de caja, el patrimonio neto y la memoria: los administradores de las sociedades están obligados a elaborar las cuentas anuales de cada ejercicio por cada uno de estos conceptos.
Para qué sirve la cuenta de resultados
Aplicando una definición más completa, la cuenta de resultados es el indicador de la transformación de los gastos en beneficios: permite que la empresa identifique de dónde proceden sus ingresos, en qué puntos surgen sus gastos, y cuál ha sido la pérdida o la ganancia neta obtenida en el periodo que se desee analizar.
La información que se extrae de la cuenta de resultados es bastante valiosa para la dirección de cualquier compañía, puesto que confiere una vista global de la naturaleza de sus gastos e ingresos: por consiguiente, son datos realmente interesantes para trazar la estrategia de la organización en materia de reducción de costes, optimización de recursos o planes de expansión.
De qué se compone la cuenta de resultados
La composición de la cuenta de resultados consta de:
- Ingresos netos. Es el sumatorio de todos los ingresos procedentes de la actividad económica principal de la organización, después de haberse aplicado las deducciones, bonificaciones y descuentos pertinentes.
- Costes de ventas. Comprenden todas las compras y adquisiciones de mercaderías y materias primas necesarias para la producción de los productos que entrega o comercializa la empresa.
- Gastos de operación. Son un compendio de costes directos o indirectos de servicios generales y conceptos asociados a la actividad, como la mano de obra y el mantenimiento (costes variables) o material de oficina y cuotas de seguros y alquiler (costes fijos).
- Utilidad bruta. Corresponde al beneficio que la empresa obtiene después de restar las inversiones que haya realizado en concepto de producción.
- Pérdida bruta. Análogamente, la pérdida bruta se entiende como la venta de los productos restando el coste de la producción vendida.
- Utilidad neta. Se define como el beneficio obtenido durante un periodo de tiempo, después de haberle restado el importe correspondiente al IS (Impuesto de Sociedades).
- Pérdida del ejercicio. Hace referencia a la pérdida dineraria que la empresa ha sufrido en un ejercicio, debido a que la suma de costes y gastos de producción haya sido superior a la de ganancias e ingresos.
Ejemplo de cuenta de resultados
Supongamos una empresa minorista que comercializa artículos de consumo, y cuenta con los siguientes datos para calcular la cuenta de resultados:
- Gastos de personal: 90.000 euros.
- Compras de mercadería: 450.000 euros.
- Valor de las ventas: 700.000 euros.
- Intereses de deuda: 10.000 euros.
- Amortización: 20.000 euros.
- Variación de existencias: 15.000 euros.
- Seguridad Social: 28.000 euros.
Primero, se definen los costes procedentes de las mercaderías:
Compras de mercadería + variación de existencias = -450.000 + 15.000 = -435.000 euros.
A continuación, se aglutinan todos los gastos que afectan al margen bruto sobre las ventas:
Gastos de personal + amortización = -90.000 – 28.000 – 20.000 = -138.000 euros.
Con estos datos, tenemos el primer resultado, denominado resultado de explotación, restándole al valor de las ventas:
700.000 + (- 435.000 – 138.000) = 127.000 euros.
A este resultado, se le restan los gastos financieros (intereses de deuda, en este ejemplo), y se obtiene el resultado financiero:
127.000 – 10.000 = 117.000 euros.
Restándole a esta cantidad lo que va a pagar la empresa por el Impuesto de Sociedades (fijado en un 25 %):
117.000 – 25 % = 87.750 euros.
Presentación de la cuenta de resultados
La administración de la empresa tiene que presentar todos los años sus cuentas en el Registro Mercantil, y se hace una vez al año, una vez que ha sido cerrado el ejercicio natural.
No obstante, a tenor de la gran cantidad de información que puede llegar a manejarse, y el amplio margen de error que existe (y que podría ir propagándose hasta el final del año), es muy recomendable actualizar la cuenta de resultados cada mes.
La cuenta de resultados constituye una poderosa herramienta para que la dirección financiera de la empresa aporte su grano de arena en la dirección estratégica: las decisiones que se tomen irán respaldadas por unos datos sólidos que hablarán sobre el rendimiento que está dando el negocio.