Conceptos básicos de contabilidad: guía completa

Descubre los conceptos básicos de contabilidad y aprende a gestionar las finanzas de tu negocio con esta guía práctica. Incluye checklist y plantilla de estados financieros.

Llevar un negocio implica tomar decisiones constantemente: ¿puedo permitirme esta inversión?, ¿cómo puedo reducir gastos?, ¿mi empresa está generando beneficios reales? Todas estas respuestas se encuentran en la contabilidad, el lenguaje financiero que traduce cada operación en información clave para la gestión empresarial.

Muchos emprendedores y pequeñas empresas ven la contabilidad como un mero trámite burocrático, pero en realidad, es la herramienta que permite controlar los recursos, optimizar los beneficios y garantizar la estabilidad a largo plazo. Sin una contabilidad bien gestionada, es imposible saber si un negocio está realmente creciendo o simplemente sobreviviendo.

En esta guía, exploraremos los conceptos básicos de la contabilidad que todo empresario debería conocer. Desde la estructura del balance y los estados financieros hasta el cierre contable y fiscal, te explicaremos de forma clara y práctica cómo organizar las finanzas de tu empresa. Al final, encontrarás un descargable con herramientas útiles para aplicar estos conocimientos en tu negocio.

Tanto si estás dando tus primeros pasos en la gestión contable como si quieres mejorar el control financiero de tu empresa, esta guía te proporcionará las claves para hacerlo de manera efectiva.

¿Qué es la contabilidad y por qué es importante?

La contabilidad es el proceso mediante el cual se registran, clasifican y analizan las transacciones financieras de una empresa u organización. Su principal objetivo es proporcionar información clara, precisa y útil para la toma de decisiones.

Es crucial para gestionar los recursos, cumplir con las obligaciones fiscales y garantizar la transparencia financiera. Sin una buena contabilidad, las empresas no pueden asegurar su sostenibilidad ni su crecimiento.

Los pilares de la contabilidad: activo, pasivo y patrimonio neto

Para entender cómo funciona la contabilidad, es fundamental conocer tres conceptos clave: activo, pasivo y patrimonio neto. Juntos, forman la base sobre la que se construyen los estados financieros y permiten conocer la situación económica de una empresa.

  • Activo: Son todos los bienes y derechos que posee una empresa y que pueden convertirse en dinero o generar beneficios.
    Ejemplos: efectivo, maquinaria, cuentas por cobrar.
  • Pasivo: Representa las deudas y obligaciones que una empresa tiene con terceros, como proveedores, bancos o empleados.
    Ejemplos: préstamos, facturas pendientes de pago.
  • Patrimonio neto: Es la diferencia entre el activo y el pasivo, es decir, lo que realmente pertenece a la empresa después de pagar sus deudas. Se compone del capital aportado por los socios y las reservas acumuladas.

Estos tres elementos están relacionados a través de la ecuación contable fundamental:

Activo = Pasivo + Patrimonio Neto

Esta ecuación es la base de la contabilidad y permite que toda la información financiera esté equilibrada. Entenderla es clave para interpretar los balances y tomar decisiones informadas sobre la salud financiera de un negocio.

El capital en contabilidad: qué es y por qué es clave para tu negocio

El capital es uno de los conceptos más importantes en contabilidad y en la gestión empresarial. Representa los recursos financieros con los que una empresa inicia y mantiene sus operaciones.

Tipos de capital

Existen diferentes tipos de capital, cada uno con un papel clave en la estabilidad y el crecimiento del negocio:

  • Capital social: Es el dinero o los bienes aportados por los socios o accionistas al iniciar la empresa. Es la base financiera con la que arranca el negocio.
  • Capital propio: Son los recursos que pertenecen a la empresa después de restar sus deudas. Incluye el capital social y los beneficios acumulados.
  • Capital ajeno: Son los fondos obtenidos a través de préstamos o créditos. Aunque pueden ayudar a expandir el negocio, también generan deudas que deben ser gestionadas correctamente.
  • Capital de trabajo: Es la diferencia entre los activos y pasivos corrientes. Representa la liquidez disponible para cubrir gastos operativos y garantizar el funcionamiento diario.

¿Por qué es importante el capital?

Un negocio sin un capital adecuado difícilmente podrá operar con estabilidad. Un capital bien gestionado permite:

  • Cubrir gastos iniciales y operativos sin depender excesivamente de la financiación externa.
  • Invertir en crecimiento, como la compra de maquinaria, contratación de personal o expansión del mercado.
  • Garantizar la solvencia de la empresa, asegurando que pueda cumplir con sus obligaciones financieras.

En resumen, el capital es el motor financiero de cualquier empresa. Su correcta administración es clave para la estabilidad y el éxito a largo plazo.

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En este documento encontrarás:

  • Un glosario de términos contables esenciales.
  • Un esquema claro de la ecuación contable básica.
  • Un checklist para el cierre contable y fiscal.
  • Una plantilla básica para entender los estados financieros.
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Las reglas del juego: principios y normas contables básicas

La contabilidad no es solo registrar ingresos y gastos, sino que sigue un conjunto de principios y normas que garantizan que la información financiera sea clara, fiable y comparable. Estos principios son esenciales para que los datos contables reflejen la realidad económica de una empresa.

Principios contables fundamentales

  • Principio de empresa en funcionamiento: Se asume que la empresa continuará operando en el futuro, a menos que haya pruebas de lo contrario.
  • Principio de devengo: Las transacciones se registran en el momento en que ocurren, no cuando se recibe o paga el dinero.
  • Principio de uniformidad: Los métodos contables deben mantenerse a lo largo del tiempo para permitir comparaciones entre ejercicios.
  • Principio de prudencia: Los ingresos solo se contabilizan cuando son seguros, mientras que los posibles gastos o pérdidas deben registrarse de inmediato.
  • Principio de no compensación: No se pueden compensar activos con pasivos ni ingresos con gastos; cada elemento debe registrarse por separado.

Normas contables y su importancia

Para garantizar la correcta aplicación de estos principios, existen normas contables que regulan cómo deben presentarse los estados financieros. Algunas de las más importantes son:

  • Plan General de Contabilidad (PGC): Es el marco contable en España que rige cómo deben registrarse las operaciones.
  • Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF/IFRS): Utilizadas en muchos países para unificar criterios contables a nivel global.
  • Normas fiscales y tributarias: Dictadas por cada país para garantizar el cumplimiento de obligaciones fiscales.

Respetar estos principios y normas es clave para que una empresa tenga credibilidad financiera, pueda acceder a financiación y evitar problemas con las autoridades fiscales.

Las cuentas contables: la estructura que organiza las finanzas de un negocio

Toda empresa, sin importar su tamaño, necesita un sistema que le permita registrar, clasificar y analizar sus transacciones económicas. Aquí es donde entran en juego las cuentas contables, una herramienta clave para organizar las finanzas de forma estructurada y comprensible.

Imagina que una empresa es como una gran biblioteca. En ella, cada libro representa una operación financiera: ingresos, gastos, deudas, inversiones… Para que la información sea accesible y útil, es necesario clasificar cada libro en su estantería correspondiente. Las cuentas contables cumplen precisamente esta función: agrupar cada movimiento financiero dentro de una categoría específica.

Las grandes categorías de las cuentas contables

Para mantener el orden, las cuentas contables se dividen en cinco grandes grupos:

  • Cuentas de activo: Representan todo lo que la empresa posee o puede convertir en dinero. Desde el efectivo en caja hasta los productos en almacén o las facturas pendientes de cobro, todo entra dentro de esta categoría.
  • Cuentas de pasivo: Aquí se registran todas las deudas y obligaciones de la empresa. Si ha pedido un préstamo, debe dinero a proveedores o tiene impuestos por pagar, estos valores se reflejan en las cuentas de pasivo.
  • Cuentas de patrimonio neto: Muestran la riqueza real de la empresa después de restar sus deudas. Incluyen el capital aportado por los socios y los beneficios retenidos para futuras inversiones.
  • Cuentas de ingresos: Todo lo que genera la empresa por la venta de productos o servicios se registra aquí. Estas cuentas reflejan el crecimiento y la capacidad de la empresa para generar recursos.
  • Cuentas de gastos: Cada pago necesario para el funcionamiento del negocio, como sueldos, alquiler o suministros, queda reflejado en esta categoría.

El secreto del equilibrio contable: el sistema de doble partida

Llevar un control financiero riguroso no es cuestión de anotar ingresos y gastos sin más. La contabilidad sigue una regla fundamental: el sistema de doble partida. Esto significa que cada transacción afecta al menos a dos cuentas:

  • Si una empresa compra material de oficina con dinero en efectivo, su cuenta de «caja» disminuye, pero su cuenta de «gastos» aumenta.
  • Si recibe un pago de un cliente, su cuenta de «bancos» aumenta y su cuenta de «cuentas por cobrar» disminuye.

Este principio garantiza que la ecuación Activo = Pasivo + Patrimonio Neto siempre se mantenga en equilibrio, proporcionando una imagen real de la situación financiera del negocio.

Al final, entender y manejar correctamente las cuentas contables permite a los empresarios y gestores tomar decisiones estratégicas informadas, evitar problemas fiscales y asegurar la estabilidad de su negocio a largo plazo. En contabilidad, cada número cuenta una historia, y las cuentas contables son las páginas donde esa historia se escribe.

Las cuentas contables: la estructura que organiza las finanzas de un negocio

Toda empresa, sin importar su tamaño, necesita un sistema que le permita registrar, clasificar y analizar sus transacciones económicas. Aquí es donde entran en juego las cuentas contables, una herramienta clave para organizar las finanzas de forma estructurada y comprensible.

Imagina que una empresa es como una gran biblioteca. En ella, cada libro representa una operación financiera: ingresos, gastos, deudas, inversiones… Para que la información sea accesible y útil, es necesario clasificar cada libro en su estantería correspondiente. Las cuentas contables cumplen precisamente esta función: agrupar cada movimiento financiero dentro de una categoría específica.

Las grandes categorías de las cuentas contables

Para mantener el orden, las cuentas contables se dividen en cinco grandes grupos:

  • Cuentas de activo: Representan todo lo que la empresa posee o puede convertir en dinero. Desde el efectivo en caja hasta los productos en almacén o las facturas pendientes de cobro, todo entra dentro de esta categoría.
  • Cuentas de pasivo: Aquí se registran todas las deudas y obligaciones de la empresa. Si ha pedido un préstamo, debe dinero a proveedores o tiene impuestos por pagar, estos valores se reflejan en las cuentas de pasivo.
  • Cuentas de patrimonio neto: Muestran la riqueza real de la empresa después de restar sus deudas. Incluyen el capital aportado por los socios y los beneficios retenidos para futuras inversiones.
  • Cuentas de ingresos: Todo lo que genera la empresa por la venta de productos o servicios se registra aquí. Estas cuentas reflejan el crecimiento y la capacidad de la empresa para generar recursos.
  • Cuentas de gastos: Cada pago necesario para el funcionamiento del negocio, como sueldos, alquiler o suministros, queda reflejado en esta categoría.

El secreto del equilibrio contable: el sistema de doble partida

Llevar un control financiero riguroso no es cuestión de anotar ingresos y gastos sin más. La contabilidad sigue una regla fundamental: el sistema de doble partida. Esto significa que cada transacción afecta al menos a dos cuentas:

  • Si una empresa compra material de oficina con dinero en efectivo, su cuenta de «caja» disminuye, pero su cuenta de «gastos» aumenta.
  • Si recibe un pago de un cliente, su cuenta de «bancos» aumenta y su cuenta de «cuentas por cobrar» disminuye.

Este principio garantiza que la ecuación Activo = Pasivo + Patrimonio Neto siempre se mantenga en equilibrio, proporcionando una imagen real de la situación financiera del negocio.

Al final, entender y manejar correctamente las cuentas contables permite a los empresarios y gestores tomar decisiones estratégicas informadas, evitar problemas fiscales y asegurar la estabilidad de su negocio a largo plazo. En contabilidad, cada número cuenta una historia, y las cuentas contables son las páginas donde esa historia se escribe.

Estados financieros: la radiografía económica de una empresa

Cada empresa tiene su propia historia financiera. Pero, ¿cómo saber si una empresa está creciendo, estancada o en problemas? Aquí es donde entran en juego los estados financieros, documentos que permiten analizar la salud económica de un negocio. Son como una radiografía: muestran con claridad dónde está el dinero, cuánto se debe y si se está ganando o perdiendo.

Aunque existen varios tipos de estados financieros, los tres más importantes son:

1. El balance de situación: el mapa de los recursos de la empresa

El balance de situación es una fotografía de la empresa en un momento determinado. Muestra qué tiene (activos), qué debe (pasivos) y lo que realmente le pertenece (patrimonio neto). Es como revisar una cuenta bancaria: permite saber si hay más dinero del que se debe o si es necesario buscar financiamiento.

Si una empresa tiene más activos que pasivos, significa que su situación financiera es estable. Si ocurre lo contrario, puede estar en riesgo de endeudamiento excesivo.

2. La cuenta de pérdidas y ganancias: el termómetro de la rentabilidad

Mientras que el balance de situación es una fotografía, la cuenta de pérdidas y ganancias es más bien una película que muestra la evolución financiera en un período determinado. Aquí se registran los ingresos y los gastos, permitiendo saber si la empresa ha obtenido beneficios o pérdidas.

Si los ingresos son mayores que los gastos, la empresa está generando beneficios. Si ocurre lo contrario, es momento de analizar los costes y ajustar la estrategia.

3. El estado de flujos de efectivo: el control del dinero real

Muchas empresas pueden parecer rentables en papel, pero si no tienen dinero disponible para pagar facturas o invertir en su crecimiento, pueden entrar en problemas. El estado de flujos de efectivo muestra cómo entra y sale el dinero en la empresa, asegurando que haya liquidez suficiente para operar sin dificultades.

Este estado financiero responde a preguntas clave:

  • ¿Cuánto dinero ha generado la empresa con su actividad principal?
  • ¿Cuánto ha invertido en nuevos activos o en expansión?
  • ¿Cuánto ha recibido de préstamos o ha pagado en deudas?

La clave: interpretar los estados financieros para tomar mejores decisiones

Los estados financieros no son solo un requisito legal o una herramienta para presentar impuestos. Son fundamentales para que empresarios, inversores y gestores tomen decisiones estratégicas bien informadas. Permiten detectar problemas a tiempo, evaluar el crecimiento y planificar el futuro con datos concretos.

Una empresa con balances equilibrados, ganancias sostenibles y un flujo de caja saludable tiene más posibilidades de éxito a largo plazo. En cambio, una empresa que ignora sus números puede enfrentarse a problemas financieros sin darse cuenta hasta que sea demasiado tarde.

En definitiva, los estados financieros son la brújula que guía la gestión de cualquier negocio. Saber leerlos e interpretarlos correctamente marca la diferencia entre la improvisación y una administración eficiente.

El cierre contable: organizando las cuentas al final del ejercicio

Cada año, las empresas atraviesan un momento clave en su gestión financiera: el cierre contable. Es como hacer balance al final de un viaje, revisando cada gasto, cada ingreso y asegurándose de que todo esté en orden antes de comenzar una nueva etapa. Este proceso no solo es un requisito legal, sino también una herramienta fundamental para entender la salud económica del negocio y planificar el futuro.

¿Qué es el cierre contable y por qué es importante?

El cierre contable es el proceso mediante el cual se revisan, ajustan y cierran todas las cuentas de la empresa al final del ejercicio económico. Su principal objetivo es determinar el resultado del año (beneficio o pérdida) y dejar las cuentas preparadas para el siguiente período.

Un cierre bien hecho permite:

  • Cumplir con las obligaciones fiscales y legales sin errores ni sorpresas.
  • Detectar desviaciones en la contabilidad que puedan afectar la rentabilidad del negocio.
  • Facilitar la toma de decisiones con información financiera precisa y actualizada.

Pasos clave para realizar un buen cierre contable

  1. Revisión y ajuste de cuentas
    Antes de cerrar el ejercicio, es fundamental comprobar que todas las operaciones han sido registradas correctamente. Esto incluye facturas emitidas y recibidas, cobros y pagos pendientes, amortizaciones y provisiones necesarias.
  2. Conciliación bancaria
    Se debe comparar el saldo contable con los extractos bancarios para asegurarse de que no haya diferencias entre lo que dice la contabilidad y lo que realmente hay en el banco.
  3. Cálculo del resultado del ejercicio
    Se suman los ingresos y se restan los gastos para determinar si la empresa ha obtenido beneficio o pérdida durante el año.
  4. Cierre de cuentas de ingresos y gastos
    Una vez calculado el resultado, las cuentas de ingresos y gastos se cierran, trasladando el saldo a la cuenta de pérdidas y ganancias.
  5. Revisión de impuestos
    Es imprescindible comprobar que todos los impuestos han sido calculados y declarados correctamente, como el IVA o el Impuesto de Sociedades.
  6. Generación de los estados financieros
    Una vez cerradas todas las cuentas, se elaboran los estados financieros definitivos (balance de situación, cuenta de pérdidas y ganancias y estado de flujos de efectivo).

Errores comunes en el cierre contable

  • No registrar todos los gastos e ingresos, lo que puede alterar la realidad financiera de la empresa.
  • No realizar conciliaciones bancarias, generando descuadres en la contabilidad.
  • No calcular correctamente los impuestos, lo que puede derivar en sanciones.
  • Dejar el cierre para última hora, aumentando el riesgo de errores y omisiones.

Un cierre contable bien ejecutado es el primer paso para comenzar el nuevo año con bases sólidas y una visión clara del negocio. No es solo un trámite administrativo, sino una oportunidad para aprender de los números y mejorar la gestión financiera

El cierre fiscal: cumplir con Hacienda sin sorpresas

Más allá del cierre contable, las empresas deben realizar el cierre fiscal, un proceso clave para cumplir con sus obligaciones tributarias. Mientras que el cierre contable se centra en organizar las cuentas, el cierre fiscal se enfoca en la declaración de impuestos y en asegurarse de que la empresa tribute correctamente según la normativa vigente.

Este proceso no solo es un requisito legal, sino que también permite a las empresas optimizar su carga fiscal dentro del marco legal y evitar errores que puedan derivar en sanciones.

¿Qué implica el cierre fiscal?

El cierre fiscal consiste en determinar la base imponible de la empresa y calcular los impuestos que debe pagar. Para ello, se revisan las cuentas contables y se aplican ajustes fiscales según la legislación. Algunos de los impuestos más relevantes que se deben considerar en este proceso son:

  • Impuesto sobre Sociedades: Grava los beneficios obtenidos por la empresa en el ejercicio. Se calcula aplicando el tipo impositivo correspondiente sobre la base imponible.
  • IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido): Se deben declarar y pagar las diferencias entre el IVA repercutido (el que se cobra a los clientes) y el IVA soportado (el que se paga en compras y gastos).
  • Retenciones e impuestos sobre rentas del trabajo: En caso de tener empleados o profesionales externos con retención, es necesario liquidar correctamente estas cantidades.

Pasos esenciales para un cierre fiscal sin problemas

  1. Revisión de la contabilidad
    Antes de calcular impuestos, es fundamental verificar que todos los ingresos, gastos y operaciones financieras han sido correctamente registrados y clasificados.
  2. Aplicación de ajustes fiscales
    No siempre el beneficio contable coincide con la base imponible fiscal. Algunas partidas pueden estar sujetas a diferencias temporarias o permanentes que afectan el cálculo de los impuestos a pagar.
  3. Compensación de bases imponibles negativas
    Si la empresa tuvo pérdidas en ejercicios anteriores, en algunos casos puede compensarlas para reducir la base imponible y pagar menos impuestos.
  4. Preparación y presentación de declaraciones fiscales
    Una vez realizados los ajustes necesarios, se presentan los modelos fiscales obligatorios ante la Agencia Tributaria dentro de los plazos establecidos.
  5. Revisión de posibles incentivos fiscales
    Existen deducciones y bonificaciones fiscales que pueden reducir la carga impositiva, como incentivos a la inversión en I+D, contratación de empleados o beneficios para pymes.

Errores que pueden salir caros

Un mal cierre fiscal puede traer problemas serios con Hacienda. Algunos errores comunes incluyen:

  • No revisar la contabilidad en profundidad, lo que puede derivar en impuestos mal calculados.
  • Olvidar aplicar deducciones fiscales, perdiendo oportunidades de optimización.
  • Presentar declaraciones fuera de plazo, generando recargos y sanciones.
  • No conciliar los impuestos con la contabilidad, lo que puede causar discrepancias que llamen la atención de la Administración Tributaria.

Un cierre fiscal bien planificado no solo evita multas, sino que también permite a la empresa conocer con precisión su carga tributaria y optimizar su gestión financiera.

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  • Un esquema claro de la ecuación contable básica.
  • Un checklist para el cierre contable y fiscal.
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Los libros contables: el registro obligatorio de la actividad financiera

Toda empresa debe llevar un registro detallado de sus operaciones económicas. No solo es una obligación legal, sino que también es una herramienta esencial para la gestión financiera. Estos registros se organizan en los libros contables, documentos en los que se plasman todas las transacciones realizadas por la empresa.

Los libros contables permiten a empresarios, gestores y administraciones públicas conocer con precisión la situación económica de un negocio, facilitando la toma de decisiones y garantizando la transparencia en la contabilidad.

Tipos de libros contables y su función

Existen varios tipos de libros contables, pero los más importantes son:

  1. Libro Diario: el registro de cada operación
    Es el documento en el que se anotan, día a día y de manera cronológica, todas las operaciones económicas de la empresa: compras, ventas, cobros, pagos, etc. Su función es llevar un control detallado de cada movimiento financiero.
  2. Libro Mayor: la organización de las cuentas
    Mientras que el Libro Diario registra todas las transacciones en orden cronológico, el Libro Mayor las agrupa por cuentas contables. Así, es posible ver la evolución de cada cuenta, como los ingresos por ventas, los gastos en alquiler o el saldo de bancos.
  3. Libro de Inventarios y Cuentas Anuales: el resumen financiero
    Este libro contiene información clave sobre el patrimonio de la empresa, incluyendo el balance de situación y la cuenta de pérdidas y ganancias. Su objetivo es reflejar la realidad económica del negocio al cierre del ejercicio.
  4. Libros fiscales y de facturación
    Además de los libros contables obligatorios, existen registros específicos para el cumplimiento fiscal, como los libros de IVA o los libros de facturas emitidas y recibidas, que sirven para declarar correctamente los impuestos.

¿Quiénes están obligados a llevar libros contables?

En la mayoría de los países, las empresas están obligadas a llevar una contabilidad ordenada y a presentar ciertos libros ante la Administración Tributaria o el Registro Mercantil. En el caso de autónomos y pequeñas empresas, la exigencia varía según el régimen fiscal en el que tributen.

Llevar los libros contables al día no solo es un requisito legal, sino que también permite a la empresa:

  • Tener un control total sobre su actividad financiera.
  • Detectar errores o irregularidades en la contabilidad.
  • Facilitar auditorías o inspecciones fiscales.
  • Acceder a financiación bancaria con información económica fiable.

Errores frecuentes en la gestión de libros contables

  • No registrar todas las operaciones o hacerlo con retraso, lo que puede generar descuadres contables.
  • No cuadrar los saldos entre el Libro Diario y el Libro Mayor.
  • No conservar los libros correctamente. En muchos países, la ley exige que se mantengan durante un período mínimo de tiempo.
  • No presentar los libros obligatorios en el Registro Mercantil, cuando es un requisito para sociedades.

En definitiva, los libros contables son la memoria financiera de la empresa. Mantenerlos al día y gestionarlos correctamente no solo evita problemas legales, sino que también proporciona una visión clara y estructurada del negocio, facilitando su crecimiento y estabilidad.

Conclusión: la contabilidad como clave del éxito empresarial

La contabilidad es mucho más que un conjunto de registros y números. Es el pilar sobre el que se construye la estabilidad financiera de cualquier negocio. Entender conceptos básicos como el activo, pasivo, patrimonio neto, estados financieros y libros contables permite a los empresarios tomar mejores decisiones, cumplir con sus obligaciones fiscales y garantizar el crecimiento de su empresa.

Un buen manejo contable no solo evita problemas con la Administración Tributaria, sino que también proporciona información valiosa sobre la salud económica del negocio. Gracias a ello, es posible detectar oportunidades de inversión, optimizar costos y planificar estratégicamente el futuro.

Para que la contabilidad cumpla su función, es fundamental llevar un control riguroso, aplicar correctamente los principios contables y apoyarse en herramientas digitales que faciliten la gestión de las finanzas.

En este artículo hemos recorrido los principales conceptos contables, pero sabemos que la práctica contable puede ser compleja. Para facilitarte el trabajo, hemos preparado un descargable gratuito que te servirá como guía práctica para gestionar tu contabilidad de manera eficiente.

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